Época de finales: hábitos alimentarios para estudiantes universitarios

Adoptar hábitos alimentarios saludables durante la etapa universitaria es un requisito fundamental para sobrellevar las largas jornadas de estudio, evitar el agotamiento, y por supuesto, obtener un rendimiento académico satisfactorio.

Por este motivo, a continuación presentamos 7 propuestas para lograr una alimentación más sana y organizada, que los estudiantes universitarios deberían adoptar.

 

  1. Desayunar todos los días

El desayuno es la comida más importante del día, y no deberían saltearlo.

¿Por qué? Esencialmente porque inicia la actividad del metabolismo interno, ya que rompe con el ayuno nocturno que realizamos mientras dormimos. Asimismo, puede determinar las sensaciones que experimentarás durante el día, tales como el hambre, el cansancio, el estrés y la ansiedad.

  1. Reducir las porciones y comer más veces por día

Este hábito mantendrá los niveles de glucosa en la sangre, y consecuentemente, los niveles de energía y productividad. Contrariamente, si te alimentas con poca frecuencia tu nivel de azúcar en la sangre baja, y cuando finalmente te enfrentes a un plato, seguramente comerás en exceso.

  1. Consumir frutas

Además de contener altos niveles de fibra, la fruta posee azúcares complejos, que son digeridos con más lentitud y facilidad.

  1. Moderar el consumo de cafeína

Contrariamente a la creencia popular, el consumo de grandes cantidades de cafeína puede atentar contra tu productividad. Lo cierto es que ingerir una cantidad importante de una vez, por ejemplo una taza de café negro, alzará tu energía solo momentáneamente. Si lo que querés es conservar tu potencia durante toda la jornada, deberías consumirla en pequeñas cantidades, por ejemplo, una taza de té verde cada día.

  1. Preferir las verduras sobre la carne

Las carnes son generalmente altas en grasas y proteínas, por lo tanto, son alimentos de difícil digestión que pueden incluso llegar a obstaculizar la productividad.

Una investigación científica publicada en Cientific American demostró que los seres humanos quizá no estamos destinados a digerir la carne, y que nos adaptamos mejor a las dietas vegetariana.

  1. Mantenerse hidratado

El agua para el cuerpo humano es tan importante como la nafta para un auto, ya que posibilita el trasporte de los nutrientes a través de todo tu cuerpo, además de mantener tu concentración y mejorar el funcionamiento de tus órganos. Si no bebés lo suficiente, tu cerebro y tu cuerpo sufrirán las consecuencias: te sentirás fatigado y probablemente sientas dolor de cabeza.

  1. Evitar la comida rápida

Si bien optar por este tipo de comidas puede ahorrar bastante tiempo y dinero, las consecuencias en tu organismo y tu mente no son nada positivos. Se ha comprobado científicamente que la ingesta de comida chatarra está directamente asociada con las malas calificaciones.

 

Por supuesto, tampoco deberías olvidar las siguientes recomendaciones:

  • Evitar el cigarrillo y el alcohol.
  • Hacer ejercicio regularmente.
  • Descansar lo suficiente.

 

Es importante informarse y aprender cuáles son productos adecuados para incluir en nuestra dieta, por lo tanto, a continuación presentamos un listado de los alimentos más beneficios para la mente y el  cuerpo:

  • Jengibre: Además de mejorar malestares estomacales, esta hierba tiene propiedades antibióticasy antinflamatorias, y es útil para aliviar dolores de cabeza.
  • Pescado: Este producto contiene ácidos grasos llamados Omega 3, que favorecen numerosas funciones del cuerpo humano, entre ellas, la memoria, la salud cardiovascular y el sistema inmunológico. El Omega 3 también está presente en las semillas de chía y lino y en las nueces.
  • Almendras: Además de ser una excelente fuente de energía, ese fruto seco promueve la actividad cerebraly proporcionan nutrientes al sistema nervioso.
  • Ginkgo Biloba: Esta hierba es reconocida por sus propiedades antioxidantes y antienvejecimiento, pero además, también es útil como potenciador cognitivo, para reforzar la memoria.
  • Huevos: Las proteínas, minerales y vitaminas, principalmente de tipo B, que contienen los huevos tienen gran incidencia en la memoria y el procesamiento neuronal.